domingo, 2 de septiembre de 2012

Relleno




         “Todo se le hacía extraño, como si después de ese tiempo todo hubiese ido a peor. En realidad nada había cambiado mucho, experto él mismo, y ni siquiera era mucho. Pero todo parecía más estúpido, más sin sentido. No era su lugar. Se había pasado el tiempo soñando con la vuelta y ahora nada. Tirar para adelante es más fácil cuando hay algo que alcanzar o de lo que huir. Cuando no hay nada peor. Con dinero sería más fácil, con dinero todo es más fácil siempre.”

         ¡Vaya puto pedazo de mierda! La verdad es que es jodido inventarse cualquier historia. Es mucho más fácil convertir tu vida en un delirio alcohólico y surrealista (por suerte y aunque no te esfuerces la vida se encarga, de manera gratuita, de proporcionarte situaciones pictóricas) y solamente narrar lo que te pasa de una manera más o menos valorativa (esto es, criticando de todo). Para esto último solamente tienes que tener vocabulario, que se coge leyendo, y algo de referencias culturales, exóticas, friáis, catetas o de cualquier tipo para cuando toca comparar. Si no, si inventas, le falta al tema (al menos al mío) ese punto de chispa, de puta gracia. A mí, que a los buenos no les hace falta (no creo yo que Dumas viviera o viviese todo el Conde de Montecristo), si no cuento algo que me haya pasado, aunque lo exagere como un cabrón y lo surrealice hasta darle mordiente, me queda muy artificial, muy de plástico; como (es así donde usar las referencias que he mencionado antes) la diferencia entre joderse una, por muy fea que sea, y una vagina artificial de goma barata (supongo que se venderán esas cosas. Hoy por hoy se vende de todo, mucho más en ese tipo de mercados. Por supuesto eso me limita mucho: primera persona, subjetividad, no saber hacer personajes distintos (por ejemplo mujeres, que nunca me saldrán decentes), apenas usar diálogos. ¡Qué le den por el culo! Quizá a mis años debiera ponerme a estudiar teoría y producción literaria, hacerme maestro y potar mis frustraciones al mundo haciendo leer a estudiantes de instituto American Psyco o el Club de la Lucha. Se puede ser un mierda y pedante al mismo tiempo. Nadie dijo que una cosa esté reñida con la otra. El mejor ejemplo de esto último, sin duda, este párrafo. Pero hay que llenar papeles, por propia convicción y para no representar la rendición. ¡Que fácil sería ser gilipollas del todo y no preocuparse por las cosas en lugar de medio gilipollas intentando superarte!

         En fin, cosas que pasan. Dejo de intentar teclear algo medianamente pasable en la máquina. Me levanto del escritorio y me bajo a la cocina. Allí me preparo un bocadillo de jamón de york y le echo un quesito dentro. Que ando bajo de calcio. Melo como un gordo cabrón tirado en el sofá, viendo un documental penoso en la tele sobre el cómo se fabrican las cosas. Hoy toca carbón de barbacoa ¡Qué interesante! Quizá debiera quedarme así, o al menos emborracharme. La estadística dice que ser un borracho y escribir puede que no salga mal del todo. Hay muchos ejemplos. Un papel lleno. Un día más.

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