domingo, 5 de agosto de 2012

Las putas miserias III




         Dos putos años, y comenzando el tercero. Bastante más de lo que haya durado con cualquier lagarta en todo mi jodido existir (realmente lo máximo deben haber sido cosa de un par de meses ¡Mi vida sentimental es una mierda, por variar!) ¿A que edad anda un chiquillo? Como se pasa la vida, como se llega la muerte y que viejos nos hacemos y nos hacen las criaturas… dentro de nada la viene el primer tomate y se me hace una tragabatallones, como está mandado.

         ¿Me tomo esto como una revisión? Un poco, por rellenar. La vida (Julio cántate una) sigue igual. No sé si habrá mejorado algo el blog, o los relatos, o el coño moreno. Esto de que se madura, el estilo se depura y se tiene plenitud hasta convertirse en algo que solo se repite a si mismo, el exótico encanto de un escritor chocho. Este año he reciclado mucho, por cosillas he andado liado y he tenido que tirar de reserva. Espero que el cambio a formatos más largos haya gustado, o no. No sé si tengo habituales. Las estadísticas de las que, como creador y manager, dispongo, me dan datos muy raros. En las palabras clave de búsqueda me siguen apareciendo todos los salidillos que buscan perversiones, y no tanto, en Google y se me redireccionan, con lo que seguirán defraudados. Supongo que son los de habla hispana y cono sur, que siguen a lo suyo. Otra vez ni que fuese tan difícil. De las estadísticas el último mes me cantan cosas aun más extrañas, un repunte de la hostia y desde lugares diversos del globo dónde no tienen porqué entender el idioma que dios me dio al nacer. Creo haber deducido que tengo algo así como un fiel en Alemania, el imperio. Lo digo porque cada domingo tengo una visita desde allí a la entrada del día. Si es así, y no una paja mental de mi ego, manifiéstate ¡Coño! Y me dices que te parece, o lo que te salga de ahí.

         Para el año que viene, quien sabe… de momento ando improvisando. También he mandado a unos cuantos concursos que, como se me queden en nada, van a venir a parar aquí. Hay veces que ser fiel semana tras semana es un puto coñazo y cuesta un infierno hacer la foto de turno. Todo se andará si Internet sigue siendo gratis. De temas, pues ya veremos, dijo un ciego… tengo una deuda con Horrora Butrón, que la tengo toda dejada de la mano de dios y a saber hasta dónde estará de mierda. Por lo demás según salga. Digo yo que seguiremos, no hay nada mejor que hacer.

         Y nada, os dejo porque estoy escribiendo en el curre y tengo delante una gordita limpiando unos paneles postureando del todo, con sus mayas negras y su camiseta azul que, como dijésemos en los tiempos en que éramos jóvenes y flacos, “tiene que tirar de la hostia”. Me voy a deleitar un ratito en el calentón y saco para la gallarda de esta noche. Un besito cielos.

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