domingo, 10 de julio de 2011

Mitin I

 
        ¡No se calla! La muy puta se bajará en la última parada. Las conversaciones ajenas en un transporte público pueden ser la leche: entretenidas, impresionantes, escabrosas, sexuales… pero no, la mierda cotidiana suele acabar en que la gente conspira sus buenas historias bajito, sin dar cuartos al pregonero y sin amenizar el viaje al de al lado. por el contrario, si el guión es asqueroso, el que lo cuenta imbécil, y no hay dios que se trague su mondongo, entonces lo clama al autobús entero, o en su defecto todo el vagón. El que va solo, que es el que mete el hocico en las conversaciones ajenas mientras disimula por la ventana y con el croquis de al lado de la puerta, acaba hasta la polla. La puta de hoy parlotea y pontifica a voces como un pajarraco. Algunos la miran de reojo y resoplan. Me fijo en ello porque también lo estoy haciendo. El autobús está bastante lleno y voy de pie, agarrado, en el hueco del medio, junto a la salida. Los tengo, la tengo, a la flor de Cuba, justo a la espalda. La puedo ver por el reflejo de la luna gesticulando. El chófer conduce salvaje lanzando cinéticamente a los clientes. La gente se toca y es un momento de fantástica comunión humana en el desolador desarraigo de la ciudad, especialmente para los que tengan al lado un maloliente. Ella, que está muy curtida en la urbe, da sobre mí mientras está a lo suyo. ¿Cuántos del autobús declararían a mi favor en este momento si el Ratoncito Pérez me regalase un revolver paleto y enorme (de los de salir en sensacionalismo televisado de telediario) y le estampase con él unos gramitos de plomo basto y romo en la boca? Si al menos fuese con alguien su conversación se perdería de fondo, o sería otro para cagarnos juntos en ella. Me hago una pregunta ¿Yo soy así? ¿Me convierto en eso cuando voy en compañía y confianza? ¿Puedo llegar a tener esa puta bocaza? ¡Por dios que espero que no! Ella hoy ha logrado un hito, con su mensaje revelador panfletario está tapando la música de los mp3 y demás aparatos de audiodifusión del vehiculo. Falta bachata y reggaeton. ¿Dónde coño estáis? Ella habla, grita. El tema: política, por supuesto. Dejemos todos que otra niñata gilipollas arregle el mundo evangelizando a los transeúntes con su dogmatismo políticamente condicionado correctamente. Posturas y poses. Yo de preferirte, reina mora, te preferiría mejor calladita, corazón. Que me estás dando la tarde.

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