El empleado de la funeraria estaba
en el bar templándose los nervios y contándole el cromo a todo el que pusiera
orejas. Se estaba tomando un café con leche y, lo que transmitía bastante de su
grado de profesionalidad, un chupito de licor de hierbas. No era precisamente
la mejor idea en un día que había estado cerca, pero que muy cerca, de comerse
una mierda superlativa; pero esas consideraciones y pecadillos van según cada
uno. Los años en el puesto, y la deshumanización lógica que conlleva tratar
cotidianamente con su tipo de clientes, lo habían curado de espanto hacía
mucho. Pero es que hay cosas inimaginables, y dar por sentado la coherencia de
las circunstancias es la vía más rápida para joder (o que te jodan) la marrana.
Le dio otro sorbo al cortado y un tiento al licor, compensando uno con otro,
para aclararse la garganta. El respetable (la gordaa camarera y los cuatro
pasados tomándose las once) no daban crédito (teniendo en cuenta quienes eran
los protagonistas del relato, algo sí…) a lo que oían. Catetos y
supersticiosos, se estremecían con las implicaciones de lo que el de pompas
fúnebres narraba, especulaba y omitía. Él siguió contando, entre sorbos a las
consumiciones ¡Qué cajarillo más estereotipado!
Resulta que al figura lo habían
avisado por la mañana, para que acudiese a despachar a uno de sus fiambres en
trámites, mortaja, caja y demás. Hasta ahí todo correcto. Lo marciano arrancó
cuando quien notificó el fallecimiento fue un vecino del mortadela. Él, y no ninguno de los dos hijos sesentones con
los que convivía el muerto, era el que se puso en contacto con la aseguradora y
la funeraria. Oficialmente, los hijos habían telefoneado repetidamente (el
empleado juraba que en ningún registro aparecieron esas llamadas y, con el resto
de comportamientos del par de dolientes, cuadraba la mentira a kilómetros). Sin
ningún planteamiento ulterior de lo raro del aviso, la empresa envió, con
coche, ataúd y demás, al currela. Éste encaró el encargo con rutina y oficio.
El surrealismo se destapó después, cuando se dispuso a preparar el cadáver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario